Contra el coronavirus ¡creatividad!

Contra el coronavirus ¡creatividad!

La mejor creatividad florece en los tiempos de crisis.

Limitación de recursos, cambio de paradigmas, diferente jerarqía de necesidades y motivaciones… las crisis son el caldo de cultivo perfecto para que surja la mejor creatividad.

La comunicación publicitaria es un verdadero termómetro de las prioridades de una sociedad y en situaciones extremas saca lo mejor de sí para mantener el posicionamiento de las marcas en la mente de los consumidores. A continuación os dejamos algunos buenos ejemplos de publicidad creativa que muestra cómo grandes anunciantes hacen frente a la pandemia:

IKEAQuétate en casa. Agencia: McCann, Tel Aviv, Israel.

PSADenme un poco de espacio, muchachos. Agencia: Activista, Estados Unidos.

JEEPOffroad, en casa.  Agencia: Mood, Perú.

NIKEAhora es tu oportunidad.  Agencia: Wieden + Kennedy, Portland, Estados Unidos.

THE HINDUDistancia Social.  Agencia: Ogilvy, South India.

¿Que te han parecido estos anuncios? ¿Te gustaría sugerir algún otro ejemplo que te haya llamado la atención estos días?

Déjanos tus comentarios y…. ¡Quédate en casa!

Cómo pensar más eficazmente

Cómo pensar más eficazmente

Una guía para identificar, nutrir y hacer crecer nuestra perspicacia y creatividad para un pensamiento más efectivo.

Sabemos que nuestras mentes son capaces de grandes cosas porque, de vez en cuando, salen con una o dos ideas muy brillantes. Sin embargo, nuestras mentes también son impredecibles, atravesando de manera preocupante grandes tramos de tiempo ociosos o distrayéndose.

Este es un libro sobre cómo optimizar estos hermosos y a la vez funcionales instrumentos para que puedan producir con mayor regularidad y generosidad el tipo de ideas que necesitamos para desarrollar nuestro potencial y lograr la satisfacción que merecemos. Aprendemos, entre otras cosas, a captar los pensamientos frágiles y huidizos antes de que desaparezcan por la ansiedad y el miedo, a qué horas del día intentar trabajar y durante cuánto tiempo, cómo hacer uso de nuestro aburrimiento e instintos – y cómo superar los enfoques tímidos y predecibles de los problemas más grandes.

 

2020 | Inglés | ISBN: 1912891131 | 160 páginas

 

Albert Einstein, creatividad y buen humor.

Albert Einstein, creatividad y buen humor.

«La inteligencia de un hombre no se mide por su sabiduría, sino por su creatividad.«

Albert Einstein nació el 14 de marzo de 1879 en Ulm (Alemania) y murió el 18 de abril de 1955 en Princeton (Estados Unidos).

Considerado el científico más famoso del siglo XX, el físico alemán es conocido por desarrollar la Teoría de la relatividad .

Horas después de su fallecimiento, el patólogo encargado de practicarle la autopsia, Thomas Harvey, sin contar con permiso, extrajo el cerebro de Einstein con el propósito de estudiarlo e intentar descubrir de dónde venía la increíble inteligencia del físico alemán.

No fue hasta 1999 cuando la revista Lancet publicó el artículo El excepcional cerebro de Albert Einstein, de la neurocientífica Sandra Witelson. En él se determinó que los lóbulos parietales de Einstein tenían una morfología atípica, conclusión a la que también llegó un estudio realizado por la Universidad de Florida en 2012.

Einstein dejó bien sentado que una mente privilegiada cultiva el buen humor. El 14 de marzo de 1951, el físico estaba en plena celebración de su cumpleaños número 72 cuando un gran número de periodistas se aglomeró en la salida.

El Doctor Frank Aydelotte, en ese entonces el jefe del Instituto de Estudios Avanzados, y su esposa le ofrecieron llevarlo a su casa, lo cual aceptó. Cuando subieron al coche, una nube de reporteros se les acercó peleando entre sí para obtener una imagen del famoso científico, pero solo uno lo logró. Arthur Sasse, fotógrafo de United Press, logró hacerse con un buen lugar y le pidió una sonrisa para la cámara. Einstein respondió sacándole la lengua en una imagen que se ha convertido en un icono de la actitud creativa.

La creatividad y la economía mundial del conocimiento.

La creatividad y la economía mundial del conocimiento.

Un importante trabajo de tres académicos internacionales, a la vanguardia de una nueva investigación que analiza el conjunto emergente de relaciones complejas entre la creatividad, el diseño, la investigación, la educación superior y el capitalismo del conocimiento.

El libro destaca el papel de las artes creativas y expresivas, de la interpretación, de la estética en general, y el importante papel del diseño como infraestructura subyacente de la economía creativa.

En esta obra se hace un seguimiento de la mutación más reciente de estos cambios en serie -de la economía postindustrial a la economía de la información, a la economía digital, a la economía del conocimiento y a la «economía creativa»- para resumir las tendencias subyacentes y esenciales del capitalismo del conocimiento e investigar las nociones postmercado del espacio público de código abierto.

El libro plantea la hipótesis de que la economía creativa podría constituir una ampliación de sus predecesoras que no sólo democratiza la creatividad y relativiza el derecho de propiedad intelectual, sino que también hace hincapié en las condiciones sociales del trabajo creativo. Documenta cómo estos profundos cambios han llevado a la vanguardia formas de producción de conocimientos basadas en los bienes comunes e impulsadas por las ideas, y no por la rentabilidad per se; y han dado lugar a la noción no sólo de «gestión de los conocimientos» sino también al diseño de «instituciones creativas» que encarnan nuevas pautas de trabajo.

 

Inglés | 289 páginas | Peter Lang Inc., International Academic Publishers; Primera edición (2008) | ISBN 1433104253

 

«La creatividad y la economía mundial del conocimiento» es una importante obra de síntesis intelectual, así como una contribución significativamente original a la conversación mundial sobre la importancia económica y social contemporánea del conocimiento. Los autores abordan cuestiones prácticas clave del cambiante papel del conocimiento en la llamada sociedad postindustrial. También cuestionan críticamente la retórica de la economía del conocimiento. Este libro es una visión general de los orígenes de los principales debates y, al mismo tiempo, establece un programa apasionante para las futuras líneas de discusión y acción.

Bill Cope

Profesor de Investigación, Departamento de Estudios de Políticas Educativas, Facultad de Educación, Universidad de Illinois en Urbana-Champaign

En este libro, Peters, Marginson y Murphy proporcionan un relato perspicaz y bien argumentado de los cambios económicos, políticos e intelectuales bajo el capitalismo global del conocimiento. Destacan la importancia de la creatividad, la imaginación y la educación en el crecimiento y el desarrollo continuo de las sociedades del conocimiento. En estos tiempos inciertos, es muy necesario un análisis reflexivo y riguroso como el que se demuestra en este volumen. ‘La creatividad y la economía mundial del conocimiento’ mira hacia el futuro, reconociendo al mismo tiempo el pasado. Este libro hace una valiosa contribución a este creciente campo de investigación y merece una amplia lectura.

Peter Roberts

Profesor de Educación, Universidad de Canterbury, Nueva Zelanda

Esto es ciencia social de primera clase. A menudo hay un enorme abismo entre los profetas de lo «nuevo» y los críticos que quieren hacer agujeros en sus infladas afirmaciones, entre los teóricos sociales que dan vueltas a nuevos conceptos para entender los cambios en la economía, la sociedad y la cultura y los científicos sociales que quieren demostrar que estos definidores del espíritu de la época carecen de profundidad empírica o que sus afirmaciones se aplican sólo a unos pocos. Este libro atraviesa este tipo de debates limitantes al mostrar que la noción de «economía mundial del conocimiento» apunta a algo real, pero que el término requiere, no obstante, un desembalaje y una contextualización. Peters, Marginson y Murphy se sienten igualmente cómodos en el mundo analítico de la economía austriaca o en la sociología del postindustrialismo, en la disciplina de la gestión o en el estudio de la educación superior, en una discusión sobre la creatividad o el sistema de la Web 2.0. Proporcionan un contexto material e institucional para las ideas que rodean a la «economía mundial del conocimiento» e identifican a los principales portadores de esta nueva fuerza social: el «trabajador del conocimiento mundial», el «empresario académico», el «estudiante itinerante» y otros tipos de «cosmopolitas creativos» que habitan en la nueva economía.

Eduardo de la Fuente

Estudios de Comunicación y Medios, Universidad de Monash

Sólo la innovación nos ayudará a superar la crisis.

Sólo la innovación nos ayudará a superar la crisis.

Desde la II Guerra Mundial no enfrentábamos una convulsión sanitaria, económica y humanitaria como la provocada por el coronavirus.

En estos momentos, aún iniciales, es difícil imaginar el alcance de la pandemia y sus consecuencias, que todos intuimos serán gravísimas. La más trascendental será la del cambio social emanado de esta crisis.

Caminamos hacia un nuevo modelo de sociedad que aún está por concebirse y diseñarse. Y que cuando intentemos poner en práctica implicará grandes sacrificios, el mayor de ellos, un cambio radical de mentalidad.

Se atribuye a Albert Einstein la frase “las respuestas son siempre las mismas, lo que cambia son las preguntas”. Vamos a vernos sumidos en un proceso de reconstrucción y reaprendizaje en el que nos cuestionaremos casi todo aquello que creíamos saber o creer hasta que un microorganismo ha amenazado con borrarnos de la faz de la Tierra. Entramos en una era de nuevas preguntas acerca de casi todo: desde la forma de relacionarnos en un contexto de distancia social que reemplaza a efusivos besos y abrazos hasta la añoranza de un aborrecido compañero de oficina cuando nos vemos abocados al teletrabajo.

Distancia y proximidad adquirirán significados renovados. En el nuevo modelo de sociedad se cuestionará más que nunca la necesidad de muros alambradas y fronteras en un mundo hiperconectado donde la información, la economía, el turismo, los éxodos migratorios y ahora la enfermedad, cambian de territorio en un parpadeo.

Cambiarán drásticamente los modelos de producción y de consumo, de formación y evaluación, de elección y representación política y -deseablemente- los de gestión de gobierno. Cambiará también la jerarquía y la definición de los valores y se removerán los cimientos de muchos sistemas de creencias.

 

Ante el previsible descalabro de las instituciones, del sistema financiero, de los modelos heredados del siglo anterior que han demostrado su ineficacia ante la realidad del ahora, sólo nos queda generar otras ideas, proponer alternativas y encontrar nuevas soluciones. En definitiva, innovar, en el sentido más literal de este hermoso verbo de acción.

Es esta una época de desconcierto en la que ni siquiera vislumbramos el final, si es que la sobrevivimos y tenemos la oportunidad de contarlo. Pensamiento creativo e innovación estratégica son las claves para afrontar la enorme ola de incertidumbre que vemos acercarse  desde el horizonte. Y lejos de quedarnos esperando a que esta ola nos revuelque y nos devore, debemos lanzarnos hacia ella con la determinación de superarla.

No estamos desvalidos. Contamos con poderosas herramientas tecnológicas y grandes avances en muchos campos del conocimiento. Pero la innovación es, antes que un invento, una máquina o una app, una actitud. Una nueva manera de querer entender el mundo y a las personas, que huye del dogmatismo y la cerrazón y que se basa en la flexibilidad y la tolerancia. Que esquiva la comodidad y se consagra al esfuerzo en la convicción de que los grandes logros de la Humanidad siempre son fruto del trabajo, de la honestidad y de la generosidad. Una actitud optimista, inconformista y visionaria que cree que no hay límites ni retos insuperables.

Debemos confiar en el inagotable potencial creativo del ser humano para reinventar, recrear y reconstruir una nueva sociedad de personas conscientes, solidarias, mejores.

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